Apalancamiento financiero
Se deriva de utilizar endeudamiento para
financiar una inversión. Esta deuda genera un coste financiero (intereses),
pero si la inversión genera un ingreso mayor a los intereses a pagar, el
excedente pasa a aumentar el beneficio de la empresa.
Un ejemplo de la utilidad de este concepto se ha
encontrado en la especulación experimentada por el mercado de la vivienda. Los
inversores adquieren una vivienda, pagan una pequeña parte y el resto lo
financian a intereses muy bajos (en torno al 4% anual). Al cabo de pocos meses,
la vivienda se ha revalorizado enormemente. Y esta es la causa de la burbuja
inmobiliaria sufrida por varios países, como por ejemplo España.
Por ejemplo, se adquiere una vivienda por 100.000
euros, se pagan 20.000 euros y los 80.000 restantes se financian mediante
hipoteca. Al año, se vende la vivienda en 150.000 euros y se devuelve la
hipoteca, pagando de intereses 3.000 euros. Si se hubiese adquirido la vivienda
exclusivamente con fondos propios, la rentabilidad hubiera sido del 50% -se
obtienen 50.000 euros de beneficio- (incremento del valor del activo), pero al financiar
80.000 euros, a los 20.000 aportados se le obtienen 47.000 euros (150.000 -
80.000 - 3.000 - 20.000) de beneficio, es decir, una rentabilidad de más del
200%. Y quedan otros 80.000 euros para otras inversiones.
Igual ocurre con la empresa: al no financiarse
toda la inversión con fondos propios, el beneficio que se recibe en función de
lo invertido es mayor (siempre que el activo genere más intereses que el costo
de financiarse con fondos externos)
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