EL PROCESO DE PREPARACIÓN Y EVALUACIÓN DE PROYECTOS
El estudio del proyecto pretende
contestar a la interrogante de si es o no conveniente realizar una determinada
inversión. Ahora bien, dentro el alcance del estudio de proyectos se ve la
decisión de la inversión de acuerdo a un estudio previo de ventas y desventajas
relacionadas a la implementación del proyecto estos niveles de estudios son
tres de perfil, de prefactibilidad y de factibilidad.
Nivel de estudio inicial llamado “perfil”
el cual parte de la información existente, del juicio común y de la opinión que
da la experiencia. Dentro del estudio de perfil, más que calcular la
rentabilidad del proyecto se busca determinar si existe alguna razón que justifique
el abandono de una idea antes de que se destinen recursos.
Otro nivel de estudio es el llamado
de “prefactibilidad”. En este estudio se profundiza la investigación, y se basa
principalmente en información de fuentes secundarias para definir, con cierta
aproximación las variables principales referidas al mercado, a las alternativas
técnicas de producción y a la capacidad financiera de los inversionistas, es
decir se estiman las inversiones probables, los costos de operación y los
ingresos que demandará y generará el proyecto.
Esta etapa se caracteriza por
descartar soluciones con mayores elementos de juicio, es decir los aspectos
señalados preliminarmente como críticos por el estudio de perfil.
El estudio más acabado, denominado
de “factibilidad” se elabora sobre la base de antecedentes precisos obtenidos
mayoritariamente a través de fuentes primaras de información. Las variables
cualitativas son mínimas comparadas con los estudios anteriores. Esta etapa
constituye el paso final del estudio preinversional.
Dentro del estudio de proyectos,
cualquiera que sea la prefundida con que se realice, distingue dos grandes
etapas:
1.-
La formulación y preparación. Define todas las características que tengan algún
grado de efecto en el flujo de ingresos y egresos monetarios del proyecto y
calcular su magnitud, y se divide en dos subetapas.
·
Recopilación
de la información.
·
Sistematización
de la información en términos monetarios, es decir construir el flujo de caja
proyectado, el cual servirá para la evaluación de proyecto.
2.-
La evaluación. Con una metodología bien definida, busca determinar la
rentabilidad de la inversión en el proyecto, y se divide en tres subetapas.
·
Medición
de la rentabilidad del proyecto sobre la base de un flujo de caja que se
proyecta sobre una serie de supuestos.
·
Análisis
de las variables cualitativas, que se complementa con aquellos elementos con
cuantificables.
·
Sensibilización
del proyecto, es decir sensibilizar aquellos aspectos que podrían tener mayores
posibilidades.
Para hacer un análisis completo de
proyecto requiere, por lo menos, la realización de cuatro estudios
complementarios: de mercado, técnico, organizacional administrativo y
financiero. Los tres primeros fundamentalmente proporcionan información
económica de costos y beneficios y el último, además de generar información,
construye los flujos de caja y evalúa el proyecto. Esquematizado quedaría de la
siguiente forma:
Estudio
de viabilidad económica
|
|||
Formulación
y Preparación
|
Evaluación
|
||
Obtención
de información |
Construcción
flujo de caja |
Rentabilidad
Análisis cualitativo Sensibilización |
|
Estudio
de mercadeo |
Estudio
técnico |
Estudio de la
organización |
Estudio
financiero |
Estudio
técnico del proyecto:
Tiene por objeto proveer información para cuantificar el monto de las
inversiones y de los costos de operación pertinentes a esta área.
Los resultados de este estudio será
definir la función de producción que optimice la utilización de los recursos
disponibles en la producción del bien o servicio del proyecto. De aquí podrá
obtenerse la información de las necesidades de capital, mano de obra y recursos
materiales, tanto para la puesta en marcha como para la posterior operación del
proyecto.
Así como también deberá determinar
los requerimientos de equipos de fábrica para la operación y el monto de la
inversión correspondiente. Del análisis de las características y
especificaciones técnicas de las máquinas podrá precisarse su disposición en
planta, la que a su vez permitirá dimensionar las necesidades de espacio físico
para su normal operación.
Estudio
de mercado. Es más que el análisis y determinación de la oferta y la
demanda o de los precios del proyecto. Se puede prever muchos costos de
operación simulando la situación futura y especificando las políticas y
procedimientos que se utilizarán como estrategia comercial.
Son cuatro los aspectos que deben de
estudiarse metodológicamente:
1.- El consumidor y las demandas del
mercado y del proyecto, actuales y proyectadas.
2.- La competencia y las ofertas del
mercado y del proyecto, actuales y proyectados.
3.-
Comercialización del producto del proyecto.
4.- Los proveedores y la
disponibilidad y precio de los insumos, actuales y proyectos.
Estudio
organizacional y administrativo. Para cada proyecto es posible definir una
estructura organizativa que más se adapte a los requerimientos de su posterior
operación. Conocer esta estructura es fundamental para definir las necesidades
de personal calificado para la gestión y, por tanto, estimar con mayor
precisión los costos indirectos de la mano de obra ejecutiva.
Deberán definirse, con el detalle
que sea necesario, los procedimientos administrativos que podrían implementarse
junto con el proyecto.
Algo importante es el estudio legal,
ya que influye en forma indirecta sobre ellos y, en consecuencia, sobre la
cuantificación de sus desembolsos. Los aspectos legales pueden restringir la localización y obligar a
mayores costos de transporte, o bien pueden otorgar franquicias para incentivar
el desarrollo de determinadas zonas geográficas donde el beneficio que
obtendría el proyecto superaría los mayores costos de transporte.
Estudio financiero. La última etapa del análisis de viabilidad financiera de
un proyecto es el estudio financiero. Los objetivos de esta etapa son ordenar y
sistematizar la información de carácter monetario que proporcionaron las etapas
anteriores, elaborar los cuadros analíticos y antecedentes adicionales para la
evaluación del proyecto, evaluar los antecedentes para determinar su
rentabilidad.
La sistematización de la información
financiera consiste en identificar y ordenar todos los ítemes de inversiones,
costos e ingresos que puedan deducirse de los estudios previos. En esta etapa
deben definirse todos aquellos elementos que deben suministrar el propio estudio
financiero. E caso clásico es el cálculo del monto que deben invertirse en
capital de trabajo o el valor de desecho del poryecto.
Ahora bien, puede decirse que un
proyecto es más rentable si se abandona antes de la fecha prevista en la
evaluación. Es decir, al igual que deben analizarse la postergación de la
puesta en marcha, así también debe considerarse el abandono antes de la
finalización prevista. Incluso, aun cuando el proyecto haya sido evaluado,
aprobado, e implantado, es posible que surja alguna alternativa de inversión
que haga recomendable el abandono de la inversión en marcha.
Solo la simulación precisa de cómo
operará el proyecto una vez puesto en marcha permitirá determinar las
consecuencias económicas que de ella se deriven.
El estudio de factibilidad
financiera no sólo consiste en determinar si el proyecto es o no rentable: debe
servir para discernir entre alternativas de acción para poder estar en
condiciones de recomendar la aprobación o rechazo del proyecto en virtud de una
operación en el grado óptimo de su potencialidad real.
El
estudio de mercado.
Al estudiar el mercado de un
proyecto es preciso reconocer todos y cada uno de los agentes que, con su
actuación, tendrán algún grado de influencia sobre las decisiones que se tomarán
al definir su estrategia comercial. Son cinco, en este sentido los submercados
que se conocerán al realizar un estudio de factibilidad:
1.
Proveedor
2.
Competidor
3.
Distribuidor
4.
Consumidor
5.
Externo.
Objetivos
del estudio de mercado.
Va dirigido principalmente a la recopilación de la información de carácter
económico que repercuta en la composición del flujo de caja del proyecto.
El estudio de mercado deberá
analizar el entorno en el cual se mueve cada uno de los mercados para definir
la estrategia comercial más próxima a la realidad en donde deberá situarse el
proyecto una vez implementado.
Etapas del estudio de mercado. Está en función del carácter
cronológico de la información que se analiza. De acuerdo a esto se definirán
tres etapas.
1.
Análisis
histórico del mercado
2.
Análisis
de la situación vigente.
3.
Análisis
de la situación proyectada.
El
consumidor. La
estrategia comercial que se define tendrá repercusión directa en los ingresos y
egresos del proyecto y será influida principalmente por las características del
consumidor y, secundariamente, del competidor. Los criterios de agrupación
dependerán, a su vez, del tipo de consumidor que se estudie. Al respecto, hay
dos grandes agrupaciones.
1.
La
del consumidor institucional, que se caracteriza por decisiones generalmente
muy relacionales basadas en las variables técnicas del producto, en su calidad,
precio, oportunidad y entrega, y disponibilidad de repuesto entre otros
factores.
2.
Consumidor
individual, que toma decisiones de compra basado en consideraciones de carácter
más bien emocionales, como por ejemplo, la moda, la exclusividad del producto,
el prestigio de la marca.
Estrategia
comercial. La
estrategia comercial que se defina para el proyecto deberá basarse en cuatro
decisiones fundamentales que influyen individual y globalmente en la
composición del flujo de caja del proyecto. Tales decisiones se refieren al
producto, el precio, la promoción y la distribución.
Análisis
del medio. La
definición de cualquier estrategia comercial requiere dos análisis complementarios:
uno de los distintos mercados del proyecto, y otro, de las variables externas
que influyen sobre el comportamiento de esos mercados.
La
demanda. Los
consumidores logran una utilidad o satisfacción a través del consumo de bienes
o servicios. Algunos bienes otorgan más
satisfacción que otros a un mismo consumidor, y su demanda refleja las
preferencias que tenga éste sobre las alternativas que le ofrece el mercado,
todo esto en el marco de las restricciones presupuestarias que le imponen un
consumo limitado.
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